El bienestar como estrategia: una mirada al entorno laboral desde la neurociencia

Acerca de Kindness
La neurociencia aplicada a la inteligencia emocional ha demostrado que poner el cerebro a nuestro favor y cultivar valores como la compasión, la gratitud y la bondad no son solo rasgos deseables, sino factores que literalmente modifican la estructura cerebral.

Los actuales entornos laborales tienen en la presión por resultados y la velocidad de cambio una constante. En medio de este escenario, el bienestar de los equipos se ha convertido en un factor estratégico que marca la diferencia para las organizaciones exitosas. Este bienestar va más allá de ofrecer beneficios puntuales para los colaboradores, e incluso llega al estudio del funcionamiento del cerebro humano y su papel en la construcción de culturas organizacionales más saludables, adaptables y sostenibles.

La investigadora Cathy Buelvas, especializada en neurociencia aplicada al trabajo y neurobienestar organizacional, plantea en un reciente documento de análisis una premisa clara al respecto: “las organizaciones son la suma de los cerebros que las dirigen”. Esta afirmación nos invita a mirar hacia adentro y reconocer que la salud mental y emocional de los líderes influye directamente en la toma de decisiones, en las dinámicas de equipo y en los resultados del negocio.

Del estrés al equilibrio: el rol del sistema nervioso

Comprender el funcionamiento del sistema nervioso es clave para diseñar entornos laborales más eficaces. Como lo recuerda el análisis de Buelvas, cuando una persona se enfrenta a un entorno de constante presión, su sistema nervioso simpático se activa. Este sistema, lejos de ser “simpático”, es el responsable de poner al cuerpo en estado de alerta, liberando hormonas como la adrenalina y el cortisol. Si este estado se mantiene en el tiempo, afecta la capacidad de concentración, la toma de decisiones y, sobre todo, la salud.

En cambio, cuando estamos en contextos de seguridad psicológica, donde hay espacio para el reconocimiento, la pausa y la empatía, se activa el sistema parasimpático. Este sistema permite que el cuerpo y el cerebro recuperen el equilibrio, gracias a la acción de sustancias como la oxitocina y la vasopresina, que favorecen la colaboración, la calma y el interés genuino por los demás. En este tipo de entornos, los equipos no solo se sienten mejor, sino que también trabajan mejor.

Neurociencia del liderazgo positivo

Las emociones tienen un impacto profundo en nuestro cerebro y, por lo tanto, en nuestro comportamiento. La neurociencia aplicada a la inteligencia emocional ha demostrado que poner el cerebro a nuestro favor y cultivar valores como la compasión, la gratitud y la bondad no son solo rasgos deseables, sino factores que literalmente modifican la estructura cerebral. La práctica constante de estas emociones fortalece las conexiones neuronales asociadas al bienestar y la resiliencia.

Investigadores han profundizado en estas cualidades del carácter. Richard Davidson, de la Universidad de Wisconsin-Madison y fundador de Healthy Minds Innovations, afirma que nacimos para ser amables y que si estamos en un contexto donde la gente realiza actos de bondad a nuestro alrededor, los absorberemos osmóticamente y serán alimentados. Sus estudios sobre altruismo y neuroplasticidad concluyen que “la base de un cerebro sano es la bondad”. En el contexto laboral, esto se traduce en líderes con mayor capacidad de autorregulación emocional, que generan confianza, construyen equipos más cohesionados y fomentan una cultura organizacional centrada en las personas.

Kindness como ventaja competitiva

KindWorks.AI, a través de su plataforma que promueve hábitos de amabilidad a gran escala, con el respaldo de inteligencia artificial y la ciencia del comportamiento, ha identificado casos con resultados contundentes: los empleados y líderes que interactuaron más activamente con Beni y participaron en ejercicios de Bondad no solo reportaron mayor bienestar, sino que también mostraron una mejor performance en ventas. Es decir, ser amable no solo mejora el clima laboral, también impulsa el éxito profesional.

Además, aquellos que completaron más ejercicios registraron menos ausencias, lo que sugiere una relación directa entre amabilidad, compromiso y presencia. Los datos también mostraron una menor propensión a la rotación en los equipos con mayor participación, lo que convierte la Kindness no solo en una cualidad deseable, sino en una ventaja estratégica para las empresas que buscan atraer y retener talento.

Transformar desde el conocimiento

Para Buelvas, la transformación real de las organizaciones no ocurre únicamente a través de la tecnología o la reestructuración de procesos, sino mediante un cambio profundo en la forma en que entendemos y gestionamos el comportamiento humano. Esto implica desarrollar un modelo de gestión que integre conocimientos sobre el cerebro y las emociones en las prácticas cotidianas para lograr el bienestar organizacional.

Los beneficios del bienestar no son solamente emocionales, también son económicos. Estudios citados en el documento demuestran que las organizaciones que priorizan el bienestar de manera integral aumentaron su valor bursátil en un 115% y superaron en desempeño al 69% de las empresas del índice S&P 500 en el mismo período (Goetzel, 2019). Es decir, invertir en bienestar no es solo lo correcto desde una perspectiva humana, sino también desde una lógica de negocio.

Si entendemos que los entornos moldean los cerebros, y que esos cerebros toman decisiones todos los días que afectan a toda la organización, entonces promover el bienestar es una forma de mejorar la productividad desde la raíz. Formar líderes más conscientes, equipos más bondadosos y culturas más humanas aparece como una prioridad en el acelerado mundo laboral.

Kindworks Logo on Green Background

Autor

Miguel Ángel Hernández S.

Not Ready for a Demo?

Let’s stay in touch. We’ll share updates along our shared journey to enable and encourage Kindness for everyone.