Generalmente no asociamos los lugares de trabajo con la alegría. ¿Por qué los lugares de trabajo y la alegría son tan dispares? ¿Por qué no querríamos experimentarla en las horas que pasamos en el trabajo?
Se habla mucho sobre cómo mejorar el bienestar, la satisfacción, el compromiso e incluso la felicidad de nuestros empleados. Estas son metas cruciales que debemos perseguir como líderes. Si los empleados no tienen satisfechas estas necesidades psicológicas básicas, las distracciones son altas y la productividad es baja. Sin embargo, se discute menos sobre cómo traer más alegría a nuestros lugares de trabajo.
La alegría es un paso importante para lograr el bienestar, el compromiso y la felicidad que los líderes buscan con tanto vigor. Si el objetivo es reducir el agotamiento, comience por traer alegría al trabajo.
¿Cuál es la diferencia con la felicidad? Si bien están profundamente entrelazadas, también son muy distintas.
- La felicidad es debido a nuestras circunstancias.
- La alegría es a pesar de nuestras circunstancias.
- La felicidad es condicional.
- La alegría es incondicional.
- La alegría es una elección.
Cuando intencionalmente traemos alegría a nuestras actividades diarias y a nuestros entornos laborales, la felicidad no está lejos. Y cuando las personas son felices, su satisfacción, motivación y compromiso aumentan naturalmente.
Puede ser confuso decidir cuáles son los mejores métodos para impulsar la motivación y los resultados para nuestros equipos y para los colaboradores.
Sin embargo, hay instintos y deseos humanos básicos que subyacen en todos nosotros. A menudo, son simples y pequeños cambios en el comportamiento humano los que pueden tener el mayor impacto en nuestra gente y nuestros negocios.
Aquí hay algunas ideas para traer más alegría a su lugar de trabajo. Y ninguna de ellas necesita costos incrementales o incluso tiempo extra.
1. Cambiar la perspectiva sobre la situación
Elegimos cómo abordar cada momento de nuestro día. Cuando elegimos reaccionar ante los desafíos como oportunidades, cuando elegimos celebrar las pequeñas victorias o compartir una sonrisa con un colega, estamos construyendo una cultura más fuerte donde las personas están más motivadas para dar lo mejor de sí mismas.
2. Los líderes pueden dar el ejemplo
La cultura se establece en cada interacción a cada nivel, pero es fundamental que los líderes marquen la pauta. Cuando los empleados ven a los líderes trayendo alegría y sonrisas a la oficina y cuando los líderes establecen la expectativa de que la alegría no solo es aceptable, sino que se fomenta, es más probable que se propague por toda la cultura.
3. Añadirla a la agenda
Los días de trabajo pueden llenarse tanto de reuniones, tareas, urgencias y estrés que resulta fácil omitir los momentos de felicidad en favor de lo que parecen ser elementos más urgentes. Incorpore hábitos en sus formas de trabajar donde se invite a las personas a compartir algo que les haga sonreír, a saludar y compartir una sonrisa con alguien nuevo, o a reflexionar sobre un momento de alegría. Sea intencional en traer momentos de sonrisas y alegría al lugar de trabajo.
Cada equipo es diferente, y muchos líderes prueban recompensas monetarias, capacitación en liderazgo y otras diversas formas de impulsar el compromiso y la satisfacción de los empleados.
La alegría tiene el poder de cambiar el juego, y tiene bajo riesgo. No tiene que haber costos incrementales. Esas sonrisas son contagiosas. Es una manifestación de la bondad en acción, y esparcir esas sonrisas y alegría tiene beneficios probados para su negocio.
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